La violencia de género causa discapacidad. Según Según la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (2019), el 20,7% de mujeres que han sufrido violencia de género tienen una discapacidad acreditada del 33% o más ocasionada por las agresiones.
Por otro lado, al menos el 40% de las mujeres con discapacidad son víctimas de la violencia de género y tienen cuatro veces más riesgo de sufrir violencia sexual.
La violencia de género no solo es devastadora para las sobrevivientes de violencia y sus familias, sino que también implica costes sociales y económicos significativos. En algunos países, se estima que la violencia contra la mujer tiene un coste equiparable al 3,7% de su PIB, más del doble de lo que la mayoría de los gobiernos gastan en educación.
Una característica de la violencia de género es que no conoce condiciones sociales ni económicas. limita y afecta a mujeres y niñas de todos los niveles socioeconómicos: este problema debe ser abordados tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Reducir la violencia contra las mujeres y las niñas requiere un enfoque basado en la comunidad y de varios frentes, y compromiso sostenido con múltiples partes interesadas. Las iniciativas más eficaces abordan factores de riesgo subyacentes de la violencia, incluidas las normas sociales relativas a los roles de género y la aceptabilidad de la violencia. La violencia de género suele incluir el control sobre las interacciones sociales de las mujeres y autonomía, control verbal, emocional, económico y amenazas de abuso y violencia. Todos estos pueden tener consecuencias psicológicas devastadoras, que afectan la confianza de una mujer, su capacidad para dejar una relación violenta y mantener un empleo significativo.
El impacto de la violencia de género se ha convertido en un tema importante en el lugar de trabajo, reconociendo cómo el poder y el control interconectan el trabajo y la vida privada. Por ejemplo, la violencia económica tiene un impacto directo en la vida de las mujeres. capacidad para trabajar, como evitar que las mujeres tengan suficiente dinero para pagar los pasajes del autobús para ir al trabajo o para comprar ropa adecuada para el trabajo y, a veces, las parejas violentas rompen las herramientas de trabajo de las mujeres o sacar físicamente a las mujeres de sus lugares de trabajo.
Las investigaciones indican que las mujeres que experimentan violencia doméstica están empleadas en mayor número en trabajos ocasionales y a tiempo parcial, y sus ingresos son hasta un 60 por ciento más bajos, en comparación con las mujeres que no experimentan tal violencia. La violencia de género afecta a las mujeres de manera plena y activa en su carrera profesional. capacitación y en su participación en el mercado laboral, ya que muchas mujeres que sufren violencia de género terminan dejando su formación y sus trabajos. También puede afectar la seguridad de las víctimas y de otras personas en la escuela. y en el lugar de trabajo, incluidos compañeros, empleadores o clientes. Evitar que esto suceda y apoyar a las víctimas de la violencia doméstica en la formación profesional y el trabajo puede salvar la vida de las mujeres.
Ante esta situación, la Asociación Fress, asociada a CEDDD, ha colaborado con instituciones y entidades nacionales y de Suecia y Suiza en el proyecto europeo ET4GBV, con la finalidad de elaborar el currículum del módulo de comunicación y habilidades sociales a través de herramientas digitales para el desarrollo de víctimas de violencia machista.
Entre sus conclusiones, el proyecto revela qué competencias se pueden potenciar y desarrollar en víctimas de violencia de género para lograr una mejora en su o circunstancias profesionales. Estas son:
1. Resiliencia.
2. Diversidad e inclusión.
3. Comunicación.
4. Autorreflexión y comportamiento inclusivo.
5. Inserción laboral y formación en FP.
6. Creación de redes y alianzas
Más información en la web del proyecto: https://www.et4gbv.eu/
