Expertos y profesionales analizan la realidad del rechazo en las aulas en la jornada ‘Bullying y discapacidad en la escuela’, organizada en el Senado por el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia con el apoyo del senador de UPN Alberto Catalán.
Al menos el 80% de alumnos con discapacidad ha sufrido acoso y el 27,5% es objeto de burlas constantes. En los centros de educación ordinaria, este porcentaje puede superar el 90%, mientras que en los centro de educación especial no llega al 3%. Estos son algunos de los datos arrojados el viernes en la jornada ‘Bullying y discapacidad en la Escuela’, organizada por el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) en el Senado, con el apoyo del senador Alberto Catalán, de UPN.
Intervinieron en el acto Imma Badía, experta en gestión del estrés y secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de FEUSO; José Antonio Luengo, decano del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y experto en acoso escolar; Carlos Valiente, neuropsicólogo y presidente de la Asociación Nacional de Centros de Educación Especial (ANCEE); Sara García Antúnez, presidenta de STOPHATERS y abogada experta en ciberacoso, y Teresa Valencia, víctima de acoso escolar. La jornada fue inaugurada por Alberto Catalán y estuvo moderada por la periodista y escritora Melisa Tuya, redactora jefe del diario ‘20 minutos’ y coordinadora del portal ‘Capaces’. La clausura corrió a cargo de la adjunta a Presidencia del CEDDD, Mar Ugarte.
Los presentes apuntaron a las ratios elevadas, la irrupción de las tecnologías móviles y sobre todo a la ausencia de valores como las principales causas de que los porcentajes de acoso en las aulas sigan siendo tan elevados. “Educar no es limitarse al aprendizaje, es educar en valores de tolerancia, formar a personas responsables de sus actos”, afirmó el senador de UPN durante su presentación.
Tras él, Imma Badía ofreció una radiografía del acoso escolar a personas con discapacidad. La víctima de acoso tarda una media de un año en contarlo y cerca del 33% del alumnado con discapacidad se ha sentido aislado, rechazado o excluido. Por discapacidades, los alumnos con discapacidad física son los que más burlas sufren (26,9%), seguido de la discapacidad intelectual o del desarrollo (26,1%), la visual (17,5), la enfermedad mental (15,4%) y la discapacidad auditiva (14,7%). Badía señaló a un entorno socio económico precario, un bajo nivel cultural y una baja calidad de la enseñanza como los principales factores de caldo de cultivo para que exista acoso escolar, y expuso que hay una relación directa entre el acoso escolar y la violencia filioparental. Según dijo, dos tercios de los menores que ejercen violencia contra sus padres han sido víctimas de acoso entre sus iguales en los centros educativos, sin que nadie alrededor se haya dado cuenta.
El siguiente en intervenir fue José Antonio Luengo, que apostó por el desarrollo de protocolos de prevención del acoso escolar que involucren a toda la comunidad educativa. “Se pueden crear grupos de análisis entre padres, profesores y alumnos, en los que compartan lo que viven cada día”, dijo, para luego añadir: “no podemos olvidar el componente social: “Si seguimos normalizando el insulto, la vejación… algo no estamos haciendo bien”.
Llegado su turno, Carlos Valiente afirmó que “el maridaje educación especial y bullying no suele darse” en la Educación Especial y que este hecho tiene su explicación en “la adaptación al contexto propio”. Según explicó, en los centros especializados se trabaja “con equipos interdisciplinares con una perspectiva holística”, lo cual permite tener “una visión global de cada persona”.
El punto de vista legal lo aportó Sara García Antúnez, que arrancó su exposición afirmando que “el bullying ha aumentado porque hay redes sociales” y que “los menores también son responsables penalmente cuando cometen delitos hacia otros niños, aunque la responsabilidad civil es para los padres”. Por ello, dijo, “Una de las cosas que se tienen que hacer es enseñar en las casas es que otras personas sufren por nuestros actos”. En su opinión, también hace falta “formación a profes, directivos, padres y alumnos” a la hora de detectar y detener un caso de acoso, y aprender a trabajar en la disuasión.
El momento más especial de la jornada llegó con la intervención de Teresa Valencia, que narró en primera persona su experiencia como víctima de acoso en el colegio. “Me manipulaban, me insultaban, no se querían acercar a mí; me decían que olía mal, que era enana (…) y me obligaban a hacer cosas que yo no quería hacer”, relató la joven. “Sufrí bastante y me lo estuve callando, hasta que se lo tuve que contar a mis padres, porque llegaba mal a mi casa, destrozada”, apostilló.
Su realidad dio un giro de 180 grados cuando entró en un centro de educación especial. “Aquel colegio me enseñó que lo que yo había vivido no era lo normal, que aquello no estaba bien”.
Actualmente, Teresa Valencia está trabajando y se reconoce feliz. Preguntada por Melisa Tuya qué le ha llevado a hacer pública su experiencia, afirmó: “Quiero que la gente vea que hay un cambio: que se puede dejar de sufrir; si se lo callan, van a sufrir”. Y para los acosadores, envió un mensaje: “Aunque haya gente que le cueste un poco más, no la rechacéis, no la dejéis de lado, porque se pasa mal”. Y concluyó: “Quiero pedir con el corazón que la gente tenga respeto a las personas con discapacidad, porque somos personas”.
La jornada está disponible en el canal de YouTube de CEDDD.