Arrinconadas por una tendencia al alza del ‘edadismo’, las personas mayores ven como las nuevas tecnologías y la digitalización de los procesos las separan aún más de la sociedad, impidiendo a muchas de ellas ejercer su derecho a la autonomía en cuestiones tan rutinarias como ir al médico.
En línea con el ODS3. Salud y Bienestar y el ODS10. Reducción de las Desigualdades, hacemos un llamamiento a las administraciones públicas y a la sociedad civil para acabar de forma conjunta con todas aquellas acciones que expulsan a las personas mayores de la sociedad.
En el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) vuelve a hacer hincapié, una vez más, en una tendencia al alza del Edadismo, entendido como discriminación por razón de edad. Una propensión ratificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en cuyo I Informe Mundial sobre el Edadismo publicado en marzo del año pasado asegura que se discrimina una de cada de dos personas en el mundo por cuestión de edad.
La principal consecuencia del Edadismo es el maltrato hacia las personas mayores, especialmente vulnerables a medida que avanzan en el camino hacia la vejez. Su manifestación más visible es el maltrato físico, pero desgraciadamente hay muchas más. Según la propia OMS, esta discriminación se exterioriza en formas a priori menos lesivas como el uso de lenguaje peyorativo y despectivo, hasta maltrato sexual, psicológico o emocional; violencia por razones económicas o materiales; abandono; desatención, y menoscabo grave de la dignidad y falta de respeto.
La imagen generalizada de la vejez como etapa final de la vida, donde la salud tanto física como mental se deterioran, unida a una cada vez mayor burocratización y digitalización de todo tipo de productos y servicios, incluidos los sociales y sanitarios causan que las personas mayores se encuentren con entornos cada vez más hostiles en la actualidad. Su infantilización, asexualización o consideración como intelectualmente dormidos son algunas de las situaciones que tienen que enfrentar cada día.
El resultado es la exclusión e invisibilización de este colectivo y, por tanto, de sus necesidades y derechos. De hecho, el Edadismo está asociado a la soledad y el aislamiento social de las personas mayores, lo que a su vez repercute en su salud física y mental.
A este respecto, la OMS habla de diferentes tipos de Edadismo. El edadismo institucional es el que se refiere a los servicios y normas sociales que discriminan a las personas por edad; el interpersonal, el que ocurre entre dos o más personas y el edadismo autoinfligido, aquel que, de tan interiorizado, se proyecta contra uno mismo.
Esta realidad se contradice profundamente con lo establecido en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y lo establecido en el ODS.3, Salud y Bienestar, y en el ODS.10, para la Reducción de las Desigualdades. Comprometido con este documento desde su fundación, el CEDDD hace un llamamiento a las administraciones públicas y a la sociedad en su conjunto para acabar de una vez por todas con la discriminación por cuestión de edad; para que se implementen políticas y campañas que pongan en valor a las personas mayores, enfatizando la vejez más como una aspiración, que como una época de decadencia.
A fin de cuentas, todo el mundo espera llegar a ser mayor y, si las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cumplen, en el año 2050 las personas mayores de 65 años serán el 40% de la población.
Por la puesta en valor de las personas mayores.
Descarga el manifiesto CEDDD por el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez