- Almida, entidad de referencia en Castilla La Mancha, asegura que la clave está en descubrir y potenciar las cualidades de las personas con discapacidad para satisfacer las necesidades reales de las empresas de la zona.
Madrid, 20 de febrero de 2018. El Consejo Español para la Defensa de las personas con Discapacidad y/o con Dependencia (CEDDD) sigue volcándose en el mundo de la formación y la inserción laboral de las personas con discapacidad. Un proceso que ha recorrido paso a paso guiado siempre por el objetivo de aportar nuevos itinerarios y mejorar el reto de hacer realidad el empleo entre las personas de este colectivo. Sin duda, Almida es una empresa referente en este sentido al desarrollar, desde el terreno y la práctica real, un programa de mejora para adaptar las cualidades de las personas con discapacidad a la demanda del mercado de trabajo.
Creada en 2005, Grupo de Integración Almida, tiene sede en Alcázar de San Juan y fue fundada por Ángel Luis González Olivares, quien apostó por poner en marcha su propia empresa de formación y colocación. Un espacio que le ha permitido promover un programa de mejora para adaptar las cualidades de las personas con discapacidad a la demanda del mercado de trabajo. Almida está trabajando en Albacete, Toledo y sobretodo en La Mancha.
El objetivo principal es la formación laboral, según Olivares. Las personas con discapacidad están muy bien atendidas en el ámbito educativo desde que nacen hasta los 20 o 21 años; España es un referente en la atención educativa a niños y niñas con necesidades educativas especiales. Se les atiende desde una educación inclusiva que aporta una formación básica y general. Pero ¿qué ocurre después en el ámbito laboral? La cosa se complica.
Otro punto importante en este tipo de entidades es su dependencia de subvenciones, lo que obliga a realizar proyectos temporales que impiden una continuidad. La solución pasa por crear un protocolo y procedimiento que una las capacidades de cada persona con discapacidad con una formación que potencie y desarrolle esas cualidades y que a la vez se adapte a las necesidades de las empresas de la zona. Y así nace por ejemplo, el Programa de Mejora de las Competencias Sociocognitivas en Personas con Capacidades Diferentes que es el programa de Almida.
El programa empieza por la visita a las empresas para realizar el estudio sobre las necesidades de cada empresario y el perfil de cada puesto de trabajo para finalmente encajar el puzle. Esto es lo que se llama inserción laboral: unir las capacidades con las necesidades laborales que hay en las empresas de tal manera que al final Almida crea una bolsa de trabajadores y un conjunto de oportunidades con el fin de unirlas. Los trabajadores son candidatos a puestos de trabajo que son oportunidades. Su objetivo no son el perfil de las personas, son las empresas y van cualificando y formando a cada candidato según el perfil de la empresa, siendo esa la fórmula de Almida. La creación de una formación que potencia unas cualidades y ubicar a cada trabajador en el lugar más idóneo. Así hay personas adecuadas para operarios, para recepciones, para guardas, para mozos de almacén, etc.
Los Centros Especiales de Empleo, como es Almida, son programas que tiene el Estado para aquellas empresas que dan empleo a personas con alguna discapacidad. De esta manera se facilita la inserción con una serie de subvenciones. En el proyecto de Almida ahora mismo esas ayudas no pueden crear una dependencia superior al 30%; es decir el 70% lo obtienen en el ámbito privado para garantizar una continuidad mayor.
El Consejo Español para la Defensa de las personas con Discapacidad y/o con Dependencia (CEDDD) sigue luchando por la verdadera inserción laboral a través de entidades como Almida. Cuando trabajamos con personas con discapacidad siempre se han analizado las discapacidades. Y es cierto que las discapacidades son una parte de la persona pero lo que realmente es interesante de conocer son las competencias que tiene cada una de ellas para potenciar las capacidades. Para ello es necesario el diseño de un procedimiento para poder analizar cada caso en particular y crear unos perfiles individuales, centrado en las competencias y desarrollar las capacidades. Poner los ojos en las capacidades que cada una de las personas con discapacidad tiene.