Cada 8 de marzo sumamos nuestras voces a todas aquellas que reclaman igualdad real y la reducción de las desigualdades, ODS5 y ODS10, respectivamente, de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
Pese a que en España ha avanzado mucho en lo que a igualdad de derechos se refiere desde la aprobación del sufragio femenino el 1 de octubre de 1931, la participación en la vida política y el liderazgo de las mujeres sigue siendo un terreno por conquistar. Según datos de la Organización Nacional de las Naciones Unidas (ONU), sólo 23 países tienen jefas de Estado o de Gobierno, frente a otros 119 países que no han estado nunca presididos o dirigidos por mujeres.
Por su parte, apenas el 21% de las personas al frente de una cartera ministerial ha sido una mujer y escasamente 14 países han logrado la paridad en sus gabinetes de Gobierno. Con un aumento anual de apenas el 0,52%, la equidad de género en los cargos a nivel ministerial no se alcanzará hasta al menos 2077 y mucho más tarde en las esferas de decisión. A estos ritmos, las previsiones del organismo hablan de 130 años hasta lograr la igualdad real.
La realidad es mucho más cruel en el caso de las personas con discapacidad. Atendiendo a los datos oficiales de la misma fuente, el porcentaje de mujeres con discapacidad que ha desempeñado alguna función como legisladora, funcionaria ejecutiva o gerente se reduce al 2,3%, frente 2,8% de hombres con discapacidad.
Lo mismo ocurre en la empresa privada, donde el mejor ejemplo del techo de cristal lo encontramos en el Ibex 35. Aunque con la pandemia creció más de cuatro puntos, esta presencia sigue por debajo del 30%, llegando solo al 27,5%.
Brecha salarial
Estas desigualdades se reflejan en la brecha salarial. Según el Ministerio de Hacienda, en España los hombres cobran de media 4.915 euros más que las mujeres; esto es un 28,6% de diferencia. En el caso de las mujeres y los hombres con discapacidad esta se reduce a los 3.000 euros anuales; lo que en términos porcentuales se traduce en un 13,7%.
Las principales causas de esta brecha radican, entre otras cosas, en la calidad y la temporalidad del trabajo: ellas tienen empleos peor remunerados y más empleos a tiempo parcial. Pero también a que, atendiendo a la ONU, las mujeres con discapacidad tienen una probabilidad tres veces mayor que los hombres de ser analfabetas y una probabilidad dos veces menor de tener un empleo.
Por todo ello, el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) se suma a la celebración del Día Internacional de la Mujer reclamando que se adopten las medidas necesarias para facilitar el acceso de las mujeres con discapacidad a la Educación y al Empleo. Solo así se podrá reducir la brecha salarial y, al mismo tiempo, fomentar su escalada a puestos decisorios.
En línea con esta demanda, el CEDDD colabora hoy 8 de marzo con 50&50GL en la Jornada de Igualdad en la Escuela que se celebra en la Fundación Pons de Madrid a partir de las 9:15 y que se podrá seguir online en la web https://www.5050gl.com/.
Contra los techos de cristal.
Descargue aquí el manifiesto CEDDD por el Día Internacional de la Mujer.