Además de estar recogido en el artículo 25 de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, este servicio resulta imprescindible para la consecución del ODS3, Salud y Bienestar, de la Agenda 2030 de la ONU para el desarrollo sostenible.
El Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) alerta de la sobrecarga que pueden sufrir las personas cuidadoras no profesionales este verano e insta a las administraciones de todos los niveles a que faciliten y garanticen los programas de respiro familiar para quienes asisten a personas en situación de dependencia, personas mayores y/o con discapacidad.
Dichos programas, que se desarrollan a través de entidades públicas, privadas y organizaciones no gubernamentales (ONG), se tramitan a través de los servicios municipales y están contemplados en la llamada popularmente Ley de Dependencia como servicios que facilitan cuidados profesionales a personas en dependencia de cuya asistencia se encarga algún familiar. Su objetivo último es que el cuidador no profesional pueda disponer de tiempo libre para su descanso, imprescindible cuando se desempeña ese rol.
Concretamente, la norma establece en su artículo 25.3 que “la prestación del servicio de atención residencial puede tener carácter temporal, cuando se atiendan estancias temporales de convalecencia o durante vacaciones, fines de semana y enfermedades o periodos de descanso de los cuidadores no profesionales”. Es decir, se plantean como una ayuda puntual en casos de sobrecarga o necesidad del cuidador.
Cuidar al cuidador
Sin embargo, esta ayuda no llega a todos los destinatarios que la solicitan debido a varios factores. De un lado, las propias personas cuidadoras desarrollan sentimientos negativos de abandono y culpabilidad cuando piensan en acogerse a un programa de respiro familiar, desterrando esta idea por completo de su cabeza. De otro, la municipalización de este servicio provoca que su tramitación sea diferente en función de cada territorio, dificultando su gestión y coartando su popularidad. En tercer lugar, la alta ocupación de las residencias limita el crecimiento de las plazas de Respiro Familiar y, por tanto, su difusión.
Ante esta realidad, el CEDDD pide a las distintas administraciones, en todos sus niveles, que faciliten en acceso a los servicios de Respiro Familiar por un lado homogeneizando su gestión, para evitar las desigualdades por cuestión de territorio, y por otro, haciendo campañas de sensibilización para concienciar de la importancia del descanso tanto para la persona cuidadora como para la persona cuidada. Así mismo, CEDDD pide que se garanticen la cobertura de este servicio a todas las personas que lo necesiten, ya sea con la creación de nuevas plazas o a través de más conciertos con entidades privadas.
La preocupación por el derecho al descanso y al cuidado de las personas que cuidan forma parte del ADN de CEDDD, que desde su fundación trabaja por no solo por los derechos de las personas mayores y/o con discapacidad y/o en situación de dependencia, sino también por los de sus familiares y organizaciones y entidades que las protegen y las asisten. Por ello, sin olvidar la calidad de vida de estos colectivos más vulnerables, pedimos que se garantice la atención a todas aquellas personas que de forma no profesional invierten la mayor parte del día a atender a otras como factor fundamental en el ecosistema de los cuidados.